En mi opinión, lo interesante de la tan comentada
y mediática elección que convocó el canal History Channel en torno a lo que orwellianamente[1]
denominó El Gran Colombiano, fue el debate mediático y académico, y
simultáneamente coloquial y social, de cafetería, tertulia y reuniones
amistosas que generó a partir de la votación y de los tres debates televisados
que se realizaron en Barranquilla, Medellín y Bogotá, que no fueron tan seguidos
por la teleaudiencia como la votación en sí misma. Se discutió tanto sobre las
ausencias como de los veinticinco personajes que aparecían en la lista final de
los más votados; se dijo que hacían falta educadores, más científicos, otros
artistas distintos a Botero y Obregón, otros escritores aparte de Gabo y Mutis,
otros poetas y hasta personajes de ficción como Rodrigo D (o para mi gusto
Biófilo Panclasta o la Negra Nieves); inclusive, una figura a la que se llamara
el colombiano desconocido, es decir, el
buen ciudadano anónimo que no busca ningún tipo de figuración pública pero
cumple cabalmente con sus deberes y hace valer sus derechos, en un país en el
que ambas cosas suelen ser vulneradas. Y una mayor presencia femenina, que es
el tema de este artículo.
María Cano
Sobre la votación como tal lo que quisiera
subrayar es que, si bien en el listado figuraban los tres padres fundadores de
la nación colombiana -Nariño, Bolívar y Santander-, entre los cinco personajes
finalistas a duras penas alcanzó a quedar Nariño en una quinta posición; y de
Bolívar mucha gente señalaba como desventaja que no naciera en suelo
colombiano: como si se pudiera hablar de Colombia antes de 1819, como si Caracas
no fuera una de las provincias de la Nueva Granada hasta la Independencia y aun
un tiempo después de conformada la Gran Colombia, como si Bolívar no fuese, en
definitiva, uno de los próceres que fundó la República de Colombia. Y digo esto
porque de no ser por estos tres señores los colombianos no existiríamos como
estado nacional, ni por supuesto como república. Y de ser así no habría ninguna
búsqueda del Gran Colombiano. Pero, así como tenemos unos padres fundadores
creo que deberíamos buscar a las madres fundadoras, de quienes no se habla, a
no ser por alguna telenovela histórica.
Ciertamente,
en la lista figuraban poquísimas mujeres: dos deportistas, una cantante y una heroína
y mártir independentista del XIX (Policarpa Salavarrieta, La Pola), de quien se realizó una serie televisiva tres años atrás.
Esa abundancia de ausencias femeninas -esperable si nos atenemos a la tradición
patriarcal, misógina y machista de nuestra sociedad- es lo que me lleva a
sugerir que se debata ahora explícitamente sobre la mujer colombiana en estos
doscientos años de vida republicana (iba a escribir independiente). Que
busquemos a las veinticinco colombianas más influyentes. Y desde ya propongo
algunos nombres:
- Josefina Obando, desconocida
pero brillante heroína republicana, nacida en Ipiales; partidaria de Bolívar,
defendió la causa libertadora en el último bastión realista del país, lo que le
costó la vida a los 18 años (fue torturada y asesinada por orden del jefe
realista Agustín Agualongo). Es otro símbolo del no bien reconocido papel de
las mujeres en la guerra de independencia.
- Soledad Acosta de Samper,
escritora, educadora, periodista e historiadora de quien este año se celebró el
centenario de su muerte. Hija del presidente Joaquín Acosta, fue una precursora
de los derechos de las mujeres en una época en que la mujer no existía aun como
sujetos social.
- María Cano, líder obrera y
política de la primera mitad del XX. Defensora de los derechos de la clase
trabajadora colombiana y de los derechos de la mujer.
- Débora Arango, artista
plástica que vivió con lucidez todo el siglo XX (nació en 1907 y murió en 2005).
Artista y mujer independiente, su obra tiene una gran fuerza expresiva,
femenina, visceral. Enfrentó a través de su obra a la pacata sociedad
medellinense de la primera mitad del XX. Su obra es también un testimonio del
autoritarismo, la doble moral, la beatería y la misoginia de la sociedad
colombiana.
- Gloria Triana, antropóloga,
documentalista. Su serie Yuruparí fue
un hito, ya olvidado, del audiovisual antropológico colombiano que permitió un
acercamiento a las fiestas, tradiciones e identidades de todo el país, que no
se había hecho antes.
Beatriz González
- Beatriz González, artista
plástica, probablemente la más importante de la plástica contemporánea en Colombia.
Su obra es un diálogo crítico y tremendamente irónico con un pasado y un
presente hegemónicos, con los regímenes de visión del arte y la política, con
la cultura popular y con una sociedad excluyente, ambigua, caricaturesca,
violenta y androcéntrica. Es también historiadora y crítica de arte.
- Leonor González Mina,
conocida como “La Negra Grande de Colombia”, una de las más destacadas
folcloristas que ha tenido el país y de las primeras en divulgar el folclor del
pacífico colombiano, especialmente, en Colombia y el mundo.
- Totó la Momposina, otra
importante folclorista. Compositora, cantante e instrumentista, ha investigado
las raíces de ritmos de la costa norte del país, como la cumbia, realizando una
cuidadosa labor de campo, producción y difusión que ha sido reconocida en el
exterior. De ahí que haya grabado una parte importante de sus trabajos en
Europa.
- Piedad Córdoba, política
afrodescendiente, socialmente comprometida, polémica, defensora y militante de
causas sociales, de los derechos de minorías étnicas como la suya. Su
militancia política y social, su opción por una salida negociada al conflicto
armado, le ha granjeado todo tipo de problemas.
- María Emma Mejía, gestora
cultural, política, ex ministra, diplomática, muy buena administradora y con
perfil de estadista. Después de aspirar fallidamente a la vicepresidencia de la
república y a la alcaldía de Bogotá, ha manejado un bajo perfil, aun cuando se
ha desempeñado como Secretaria General de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Sería una excelente opción como aspirante a la presidencia de Colombia.
Esto
es apenas el comienzo de una posible lista, porque sé que siempre quedará incompleta
y será parcial. Se agradecen las sugerencias y otros nombres.
[1] Por George Orwell, el escritor inglés que
escribiera la influyente y visionaria novela 1984, en la que describe y narra una sociedad totalitaria gobernada
por “El Gran Hermano”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario